Los libros de Javier Marías quedarán en la historia de nuestra literatura como clásicos de finales del siglo XX y comienzos del XXI. Su literatura pasará a la memoria como un compendio novelas filosóficas que describen diversos aspectos de la psicología humana.
Reconozco que la primera obra del autor que llegó a mis manos, Cuando fui mortal, aún contaba yo 16 años y no pude terminarla porque la forma y el contenido no pude digerirlos. Todavía hay muchos, escritores consagrados, a quienes les sucede lo mismo. En cambio, muchos años más tarde, cuando adquirí Los enamoramientos, quedé, valga la redundancia, enamorado de la literatura de Marías. Fue entonces cuando busqué ansiosamente su anterior gran éxito, Corazón tan blanco, y finalmente me entregué.
Los enamoramientos
Los enamoramientos es una mirada instrospectiva acerca de las trampas del amor. Marías le pone voz a lo que muchos piensan pero callan porque sería atroz confesarlo. Esta novela es un tratado de psicología de la pareja, el autor desnuda las mentes de los cónyuges y el lector tiene la sensación de ser un personaje más de la narración.
Corazón tan blanco
Sin duda se trata de la gran novela del autor. El comienzo es ya un clásico de los arranques literarios. Merece la pena recordarlo:
No he querido saber, pero he sabido que una de las niñas, cuando ya no era niña y no hacía mucho que había regresado de su viaje de bodas, entró en el cuarto de baño, se puso frente al espejo, se abrió la blusa, se quitó el sostén y se buscó el corazón con la punta de la pistola de su propio padre, que estaba en el comedor con parte de la familia y tres invitados. Cuando se oyó la detonación, unos cinco minutos después de que la niña hubiera abandonado la mesa, el padre no se levantó en seguida, sino que se quedó durante algunos segundos paralizado con la boca llena, sin atreverse a masticar ni a tragar ni menos aún a devolver el bocado al plato; y cuando por fin se alzó y corrió hacia el cuarto de baño, los que lo siguieron vieron cómo mientras descubría el cuerpo ensangrentado de su hija y se echaba las manos a la cabeza iba pasando el bocado de carne de un lado a otro de la boca, sin saber todavía qué hacer con él
En realidad, en este inicio se condensa la filosofía de toda la novela. El oído no tiene párpados como los ojos. Podemos cerrar los ojos para no ver lo que no deseamos, pero el oído no tiene ese mecanismo de defensa y es por eso que el protagonista no ha querido saber, pero ha sabido.
Conclusión
Javier Marías es un autor complejo. Sus novelas apenas presentan una trama narrativa, el hilo discursivo se pierde en análisis profundos de situaciones cotidianas que el lector recibe con impacto porque deja al desnudo su mente con simplezas que de tan simples no es capaz de expresarlas con palabras. La penetración psicológica de las digresiones de Marías son un prodigio, un hallazgo, ponen de manifiesto lo oculto pero latente.
Javier Marías articulista
Los artículos de Javier Marías en El País Semanal han sido en muchas ocasiones penetrantes críticas a aspectos sórdidos de nuestra sociedad. El autor se ganó enemistades. Aún recuerdo el artículo referido a la fiebre de los paseantes de perros, donde el autor se mofaba irónicamente tales individuos:
Las críticas el sistema educativo también merecen ser recordadas: